domingo, 4 de octubre de 2009

IRRELEVANCIA

Uno de los sabios Maestros de la tradicion nombró a un sustituto para transmitir sus instrucciones a los discípulos. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los discípulos se encargasen de considerar al sustituto, no como un canal, sino como un hombre santo y con autoridad. A su vez, éste empezó a imaginar que todo lo que él decía era significativo. Después, teniendo dudas de ciertos resultados de las acciones del sustituto, algunos de los discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Está este hombre actuando plenamente dentro de su mandato?” Algunos de ellos consideraban tales pensamientos como una traición, y no querían mirar todos los abusos.
El Sabio oyó los cuestionamientos y respondió: “La vanidad se ha apoderado de este sustituto, pero ha sido alimentada por vuestros propios deseos de venerar a alguien.”
Los discípulos quedaron cabizbajos y preguntaron: “Si esto puede suceder a un representante en el que se ha puesto toda la confianza, ¿qué no podría suceder en nuestro caso?”
El Sabio les dijo: “Esto no podría haber sucedido si ambas partes no fuesen reprochables. Si hubieseis obedecido mis órdenes, en lugar de crear vuestro propio maestro para imitarle, por no estar satisfechos con las instrucciones, sustituyéndolas por la búsqueda de un ídolo, esto no habría ocurrido. Pero, por otra parte, donde estas tendencias están presentes, no sólo ocurre esto, sino que tiene que ocurrir. En lugar de preguntaros sobre lo que ha sucedido, deberías observar lo incapaces que sois de distinguir lo verdadero de lo falso: aunque no sois suficientemente humildes para asumir que lo falso es lo verdadero.”
“Ésa es vuestra lección.”
Ellos preguntaron: “¿Y qué será ahora de él?”
Él respondió: “Eso no es asunto vuestro. Lo que debe interesaros son las cosas irrelevantes que han impedido vuestro desarrollo: y ahora todavía lo estáis haciendo. Lejos de estar más avanzados que las personas ordinarias, os encontráis ahora mucho más atrás que éstas. ¿Queréis alcanzarlas?”

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