domingo, 4 de octubre de 2009

EL CABALLO MÁGICO

Un rey tenía dos hijos. El primero ayudaba a la
gento con medios que podían entender. Al segundo se le'
llamaba "holgazán" pues parecía un soñador.
El primer hijo obtuvo grandes honores en su tierra.
El segundo recibió de un humilde carpintero un caballo
de madera que era mágico. Cuando lo montaba,
llevaba al jinete, si era sincero, hasta el deseo de su
corazón.
Buscando el deseo de su corazón, el joven príncipe
desapareció un día montado en el caballo. Estuvo
ausente durante mucho tiempo. Y después de muchas
aventuras, regresó con una bella princesa del País de
la Luz. Su padre se sintió feliz de verlo regresar sano
y salvo y conoció la historia del caballo mágico.
Entonces lo pusieron a disposición de quien quisiera
cabalgarlo. Pero la gente prefería los beneficios
obvios que les proporcionaba la ayuda del primer príncipe,
pues consideraban al caballo como un juguete.
No supieron ver más allá de su apariencia externa
que no era impresionante - tal como un juguete.
Cuando el viejo monarca murió, el "príncipe a quien
le gustaba jugar con juguetes" se convirtió, por su
mandato, en rey. Pero la gente lo despreciaba. Preferían
la excitación y el interés de los descubrimientos
y actividades del príncipe práctico.
A no ser que escuchemos al príncipe "holgazán",
tenga o no con él a una princesa del País de la Luz,
nunca veremos más allá de la apariencia externa del
caballo, porque aunque nos guste, no es su forma la
que puede ayudarnos a viajar hacia nuestro destino.


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