En un establo oscuro había sido encerrado un elefante originario de la India. La población,
curiosa por conocer semejante animal, se precipitó en el establo. Como no se veía
apenas a causa de la falta de luz, la gente se puso a tocar al animal. Uno de ellos tocó la
trompa y dijo:
"¡Este animal se parece a un enorme tubo!"
Otro tocó las orejas:
"¡Diríase más bien un gran abanico!"
Otro, que tocaba las patas, dijo:
"¡No! ¡Lo que se llama un elefante es desde luego una especie de columna!"
Y así, cada uno de ellos se puso a describirlo a su manera.
Es lástima que no hubieran tenido una vela para ponerse de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario