jueves, 1 de octubre de 2009

CUANDO LA MUERTE NO ES MUERTE

Creyeron que un hombre habia muerto y lo preparaban
para inhumarlo, cuando revivió.
Se sentó, pero fue tal su impresión al ver la escena
que lo rodeaba, que se desmayó.
Lo colocaron nuevamente en el ataúd, y el cortejo
fúnebre partió hacia el cementerio.
Cuando llegaban a la fosa recobró el conocimiento, levantó
la tapa del ataúd y gritó pidiendo auxilio.
"No es posible que haya resucitado", dijeron los deudos,
"porque su muerte ha sido certificada por expertos
competentes".
"Pero estoy vivo", gritó el hombre.
Apeló a un conocido e imparcial científico y jurisconsulto
que se hallaba presente.
"Un momento", dijo el experto.
Se volvió hacia los deudos, los contó y dijo: "Bien,
ya hemos escuchado lo que el supuesto muerto tenía
que decir. Vosotros, cincuenta testigos, decidme cuál
consideráis que es la verdad".
"Está muerto", dijeron los testigos.
"¡Enterradlo!", dijo el experto. Y
así, fue sepultado.

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