lunes, 2 de noviembre de 2009

HAZ MAS QUE REÍRTE DE LOS TONTOS

Había una vez un tonto a quien se le encargó comprar
harina y sal. Llevó un plato para cargar sus compras.
"Cerciórate", dijo el hombre que lo enviaba, "de no
mezclar ambas cosas; las quiero separadas".
Cuando el tendero había llenado el plato con harina
y estaba midiendo la sal, el tonto dijo: "No la mezcles
con la harina; mira, te enseñaré dónde ponerla".
Y dio vuelta el plato, mostrándole la superficie del
dorso donde podía poner la sal.
La harina, por supuesto, cayó al piso.
Pero la sal estaba segura.
Cuando el tonto regresó dijo al hombre que lo había
mandado: "Aquí está la sal".
"Muy bien", dijo el otro hombre, "pero, ¿dónde está
la harina?"
"Debía de estar aquí", dijo el tonto, dando vuelta
el plato.
Tan pronto lo hizo, la sal cayó al piso y la harina,
por supuesto, no estaba ahí.
Así pasa con los seres humanos. Al hacer una cosa
que les parece bien hecha, pueden anular otra que es
igualmente correcta. Cuando así sucede con pensamientos
en vez de acciones, el hombre está perdido y ya no
importa que basado en sus reflexiones considere que su
pensamiento ha sido lógico.
Tú te has reído con el chiste del tonto. ¿Podrías
hacer algo más y considerar tus propios pensamientos
como si fueran la sal y la harina?

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