lunes, 9 de noviembre de 2009

EL HOMBRE Y EL CARACOL

En cierta ocasión un hombre vio un caracol acomodado en una grieta de una pared. Le gritó:
-¡Hola, caracol!
Créase o no, aquel caracol hablaba y oía y le respondió:
-¡Hola, tú! ¿Qué cosa eres?
El hombre contestó:
-Soy un ser humano.
-¿Son ustedes como nosotros! Preguntó el caracol.
-En cierto modo; pero hay muchas cosas que nosotros hacemos y tú no puedes hacer.
-Nómbramelas.
-Bueno, por ejemplo, ustedes tienen ojos sobre una especie de tubos largos, como tallos. Nosotros tenemos tallos también, en el extremo opuesto y los llamamos piernas. En las piernas tenemos pies. Moviendo las piernas y los pies podemos recorrer largas distancias en tiempo muy breve.
-Eso suena extraordinario! ¿Algo más?
-Bueno, no tenemos caparazón. No nos hace falta.
-¿No tienen caparazón? Bueno, supongo que es posible...... ¿Algo más?
-Podemos comunicarnos sin palabras, aun sin estar juntos. El método de que nos valemos es tomar algo, una hoja, por ejemplo, trazar en ella unas marcas llamadas escrituras y enviarla a través de otro ser humano. Y mediante algo llamado «lectura», la persona que la recibe se entera de lo que pensó quien la escribió.
El caracol dijo:
-Lo malo es que tú, al igual que todos los mentirosos, extremas la nota.
Yo te he sorprendido en exageraciones con sólo fingir que te creía. Si te estimulara aun más, absteniéndome de expresar la lógica incredulidad de todo ser racional, me convertiría en cómplice de tus escandalosas mentiras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario